El informe de la Comisión de The Lancet, presentado en el Congreso de la Asociación Europea de Urología, indicó que el número de muertes anuales por cáncer de próstata aumentará 85% en los próximos 20 años, pasando de 375,000 en 2020 a casi 700,000 en 2040. El estudio también señala que la mayoría de estas muertes ocurrirán en naciones emergentes, como México.
Según cifras de Globocan revelan que en 2022 se registraron en nuestro país más de 26 mil nuevos casos de cáncer de próstata y más de 7 mil muertes derivadas de él. Consolidándose así, como el tipo de cáncer de mayor frecuencia entre los hombres.
“Las cifras de nuevos casos y decesos continúan elevadas debido a factores como el poco conocimiento de la enfermedad, falta de cultura de prevención, prejuicios para realizarse un examen de diagnóstico y porque muchos pacientes buscan atención médica en etapas avanzadas de la enfermedad”, detalla el Dr. Santiago Posada, Director de Asuntos Médicos y Regulatorios de Johnson & Johnson Innovative Medicine, México.
Al igual que con otros tipos de cáncer, las causas de su origen no están completamente establecidas, sin embargo, se han identificado factores implicados en su desarrollo como los genéticos, familiares, la edad con mayor prevalencia entre 55 y 69 años, raza mayormente en afroamericanos, y factores prevenibles como el tabaquismo, una dieta alta en carnes rojas y la obesidad, entre los más frecuentes.
El cáncer de próstata localizado no se manifiesta clínicamente, ya que, en la mayoría de los casos, se encuentra en la zona periférica. En caso de presentar síntomas, estos pueden asociarse a agrandamiento de la próstata como disminución en el flujo urinario, la retención de orina o pueden presentarse síntomas de enfermedad avanzada como dolor óseo, malestar en extremidades inferiores y pérdida de peso y/o apetito, entre otros. Por esto, para llevar a cabo el diagnóstico, se requiere del tacto rectal y el antígeno prostático, lo que hace indispensable que a partir de los 40 años acudan a revisión médica anual.
Durante 2021, la Secretaría de Salud realizó una encuesta en hombres mexicanos para saber cuáles eran las razones que tenían para no acudir a realizarse pruebas se detección del cáncer de próstata y las principales respuestas fueron las siguientes: miedo a que les confirmen la enfermedad, por desconocimiento de los síntomas, porque creen que el examen disminuye su masculinidad o consideran que la medicina alternativa puede curar la enfermedad.
Las tasas de supervivencia a cinco años para el cáncer de próstata en México son altas, con un 97% para los hombres con cáncer de próstata localizado y 88% para los hombres con cáncer de próstata avanzado. Sin embargo, las tasas de supervivencia son más bajas para los hombres con cáncer de próstata metastásico.
El cáncer de próstata es una enfermedad grave y es indispensable considerar las necesidades específicas de cada paciente para encontrar el tratamiento óptimo alineado a la etapa de la enfermedad que transita, interviniendo lo antes posible para tener el mayor impacto en los resultados.
Tomando la delantera frente al cáncer de próstata
“La medicina innovadora nos ha permitido desarrollar mejores terapias para el abordaje de diferentes tipos de cáncer, y el de próstata no es la excepción, tenemos el compromiso de acompañar y mejorar la calidad de vida de los pacientes durante todo el curso de la enfermedad, controlando el presente y definiendo el futuro.” puntualizó el directivo de J&J.
El cáncer de próstata es una enfermedad en evolución y que el recorrido de cada paciente es único. Gracias a nuestro legado de innovación hoy tenemos un portafolio con opciones de tratamiento dirigido para cada etapa de la enfermedad. Estamos comprometidos con seguir desarrollado terapias cada vez más especializadas y personalizadas para acompañar el paciente durante el curso de su padecimiento.
Como pioneros en el estudio del cáncer de próstata, estamos comprometidos en impulsar el diagnóstico y tratamiento oportuno para dar respuesta a las necesidades que enfrentan los pacientes y sus familiares, los médicos y los sistemas de salud, mientras continuamos investigando enfoques cada vez más personalizados hasta lograr que el cáncer sea una enfermedad prevenible, crónica y curable.