En lugar de invertir algunos centavos a la creatividad, la directiva de Anheuser-Busch InBev (AB InBev) prefirió hacerlo todo ellos mismos y lanzarse como el Gorras a celebrar los primeros cien años de su marca principal, la Cerveza Corona con los resultados que ya imaginará el lector.
Para empezar, eligieron como fecha para la fiesta el 09/09/25 por la tarde, en Polanco y en plena temporada de lluvias: y no hubo lluvia, fue más bien una tormenta la que empapó a todos los invitados que lograron llegar. Ya durante la reunión nos exhibieron un gran tesoro: los comerciales que la marca exhibió, durante más de 50 años, en el Noticiero Continental de todos los cines de México y teniendo como fondo al Huapango de Moncayo.
Gracias a esa constancia, que se prolongó durante más de medio siglo, se puede decir que esa melodía es prácticamente una especie de segundo Himno Nacional: eso era algo que Corona debió haber capitalizado porque vale oro. Y no fue así.
Échenle ustedes un ojo al comercial que la Cervecería produjo para esa celebración… ¡está más plano que una tabla! Se nota que el anunciante metió su cuchara e hizo valer su influencia como pagano con los pésimos resultados que se ven en pantalla. A esa deducción nos lleva el saber que, durante décadas, Corona siempre tuvo agencias por demás creativas, en las que se respetaba el trabajo de los departamentos creativos y se oían las sugerencias del cliente, más no sus imposiciones. Y ahora, por lo que se ve ya no es así.
Como para justificarse, la Cervecería se lanza a apoyar al Mundial de Futbol y organiza sorteos chorromillonarios nuevamente con casi nada de creatividad.
Disculpen ustedes tanta crítica, pero es que Corona siempre ha sido mi cerveza: la tomo cuando menos cada tercer día. Y me da mucho coraje que gente inexperta trate a la marca como si fuera trapeador.