El día que Raúl Flores, mandamás de OS México empresa de exteriores, presentó su nueva línea de pantallas digitales se auxilió para ello de un video espectacularmente filmado con un dron: nos llamó la atención porque, hace no mucho, esas filmaciones dejaban mucho qué desear, tanto en sus encuadres como en su calidad fotográfica. Y ahora ya no es así: todo luce como si las imágenes se hubieran hecho con una antigua cámara de cine. Y ya no es así. Para nada.
¿Qué sucedió?
Para averiguarlo platicamos con el perito en drones de OS México, nuestro ahora amigo Rock Niebla quien, de entrada, nos dice que su verdadero nombre es Rodrigo Niebla “el Rock es mi apodo”, aclara. Y qué bueno porque, como nombre de batalla, Rock Niebla suena mucho al apelativo de un piloto de la Primer Guerra Mundial, muy en el estilo de El Barón Rojo, Snoopy y otros así del aire de aquellas gloriosas épocas.
Y nos dice: “Yo empecé hace 25 años, en 1999, como IBM en la agencia de mi papá, donde hacía la foto fija en los bomberazos que siempre hay en toda agencia. Varios años después, por ahí del 2004, caí en cuenta que, si quería progresar, tenía que entrarle a todo tipo de fotografía y ahí terminé de foguearme, tanto en foto fija como en video. Y, dado que una cosa lleva a otra, para 2017 ya había yo adquirido la práctica y los conocimientos que me permitieron incorporar la filmación con drones a mis servicios.
En estos últimos siete años me he familiarizado con las cámaras DJI, que son chinas y que, de entre su extensa línea, ofrece tres modelos ideales para tomas aéreas: la Mini3; la Air25 y la Mavic Pro. Cualquiera de ellas tres ya con cámara incorporada pesa menos de medio kilo, por lo que se pueden volar libremente. Y es que, conforme a disposiciones legales, si el dron pesa más de medio kilo, entonces, para poder volarlo, hay que cumplir con no pocos requisitos legales entre los que se cuentan tener licencia de piloto y un permiso especial para la nave. Son muchos trámites. Y puede que valga la pena: para filmar comerciales lo mejor y más práctico es recurrir a los equipos que ya mencioné, que ya traen su cámara incluida y su calidad fotográfica es excelente. Un equipo así cuesta entre 15 y 20 mil pesos y cualquiera puede usarlos bien con un poco e práctica. Su batería alcanza unos 35 minutos de vuelo.
Yo me convertí en dronero ya en 2017 cuando, a consecuencia del temblor de ese año, Grupo Salinas me contrató para filmar los daños a varias de sus tiendas: lo hice, me gustó, me seguí y aquí estoy”, concluye Rock Niebla.