Por eso está tan calladito.
Cualquiera que haya terminado la secundaria sabe que, a nivel mundial, existe un organismo que se llama la ONU. La Organización de las Naciones Unidas que, a su vez, dispone de un departamento en donde se atiende a los inmigrantes de todo el mundo. Todos hemos visto en la TV y en el cine cómo son los campamentos de refugiados, construidos y manejados por la ONU, en donde se atiende a esa pobre gente cuyo único pecado es querer una vida mejor.
De tal manera, cuando el agachón de AMLO se dobló (sic) ante Donald Trump y aceptó que México se convirtiera en un país de tránsito para emigrantes, lo primero que nuestro disque presidente tenía que haberle pedido al Sr. Trump, eran los recursos que nos hubieran permitido construir, a lo largo de todo el recorrido, refugios decentes y acogedores para los migrantes. Existen fondos en la ONU para eso.
¿Por qué no se hizo así?
Porque, ya lo sabemos, el presidente NO sabe. Nunca va a aprender. Nosotros, los mexicanos, somos ahora los que tenemos que aprender el ya no volver a elegir a personas ignorantes.