Primero, la gran noticia.
En la pasada edición 2024 del Tótem, Leo Burnett México obtuvo el gran premio, el más importante de todos para Sanofi – Histiacil con el mueble urbano que aparece en la foto.
Y la leyenda se vuelve a dar.
Estamos hablando con palabras mayores: el Tótem es, posiblemente, el premio más serio, hoy por hoy, de la publicidad mexicana. De entrada porque en él no hay truchos: cada año, cámara en mano, un equipo de fotógrafos recorren las calles de las principales ciudades del país para retratar cuantos anuncios se encuentran en 4 categorías básicas:
- Espectaculares, mobiliario urbano, anuncios en transportes y centros comerciales.
De esta manera cada año se reciben más d 5 mil trabajos que califican, de forma rigurosa, un jurado de profesionales en el medio. El short list, en cada categoría, supera a los 50 participantes. Finalmente, de entre todos los trabajos participantes se elige al que haya obtenido más puntos de calificación. Que este año fue la pieza ya anunciada.
El nombre de ganador solo es revelada en la noche de premiación, ceremonia a la que, por cierto, no cuesta asistir. Ello implica, a menudo y sobre todo después de la pandemia, el tener que localizar a los ganadores en sus actuales domicilios.
Y luego, la sorpresa: Leo Burnett ya no está en donde endenantes.
Por fortuna, la noche de entrega de premios del Tótem 2024 hubo un pequeño contingente de la agencia quien nos dio algunas pistas para poderle entregar el premio al que se hicieron acreedores: una flamante motocicleta del año por cortesía de De Haro Publicidad, (el premio Francisco de Haro).
Y que nos vamos enterando de que ahora Leo Burnett México despacha en un co-working ubicado prácticamente en el Centro Histórico de la CDMX… ¡en Reforma casi esquina con Bucareli!
Es una historia tan interesante que, abusando de la confianza de nuestros lectores, la vamos a narrar en segundos.
Así pues…
Hagamos historia
Leo Burnett llegó a México, de forma oficial el 22 de mayo de 1976 al comprar a otra agencia, de estancia con nombre de despacho de abogados: LPE – Otto – Novas – Criswell. Y se abrió en un edificio bastante gris, por cierto, de la calle Viena en la Colonia Juárez. Menos de dos años después, la agencia se cambió a su icónico edificio de Génova y Londres, en la Zona Rosa.
Siempre he creído que, si la Zona fue lo que fue, ello se debió a la presencia de Leo en esas calles que tanta creatividad le injertó al ambiente. De aquel entonces datan campañas tan memorables como las de Chicle´s Adams, el Tigre Toño, el Vaquero de Marlboro, los personajes de Alka Seltzer y muchas otras. Esa fue una época de oro para la agencia la primera en su historia. De ahí se cambiaron, después, a Bosques de las Lomas y luego a Santa Fe. Hasta que, aprovechando el fin de la pandemia, Leo Burnett México se cambió a un lugar insospechado.
¡Se fueron a Pilford…!
Desde enero de 2024 Leo Burnett México se encuentra ahora en Reforma 26, Piso 23, Col. Tabacalera, en el celebérrimo Centro Histórico de esta ciudad: en un rumbo lleno de novedades y sorpresas para la gente creativa. El día que platicamos con el equipo creativo de Sanofi, ellos se encontraban felices y muy a gusto en sus nuevas oficinas. Y sus nombres son Andrea López, Rafael Silva y Karina Ángeles Sánchez. Si bien la líder es la primera, los tres se niegan a designar a alguien en específico como al culpable de la idea ganadora.
“Todo mundo sabe que trabajar de creativo de productos farmacéuticos no es nada fácil: la categoría tiene sus bemoles porque hay que empatar, tanto el criterio del cliente como al de la Secretaria de Salud. Y luego está el corporativo, que llega desde Londres, Inglaterra. Así, en el caso de Histiacil, que es un jarabe para la tos, durante los últimos años manejamos el concepto rector de ‘no escondas la tos'”, nos comenta Rafael Silva, yucateco con cinco años de residencia en la CDMX, quien es también director de arte de la cuenta de Sanofi.
Por su parte, Karina Ángeles Sánchez, de quien no sabemos si su segundo apelativo es nombre o apellido, comenta: “El reto es adaptar. Porque muchas ideas básicas ya nos llegan del corporativo y nosotros tenemos que darle forma para que las entienda el mexicano común. Sobre todo en las redes, que es ahora el medio más caliente y por lo mismo más conveniente y vendidas”.
¿Y cómo es el contexto, vulgo ambiente, en un co-working tan sui-géneris?
Como ya anotamos, ahora Leo Burnett México comparte oficinas con otras agencias del grupo como The Pub, Publicis, Marcel y otras, turnándose para ello diversos días a la semana. Solo Leo Burnett cuanta con una planta de 150 empleados y continúa manejando cuentas tan notables como P&G, General Motors, Mondelez, Kellogg’s y CIGATAM.
Nuestra amiga Andrea López es la responsable creativa de Mondelez, una de las cuentas con más trabajo en la agencia.
La última y más importante lección
El entusiasmo y contagioso gusto que la gente de Leo Burnett México expresa y demuestra por sus nuevas oficinas nos lleva a una conclusión que ya habíamos visto, pero que no nos atrevíamos a comentar: la gente ya está harta de Santa Fe y ya son no pocas las agencias que están huyendo de un rumbo tan conflictivo y difícil para sobrevivir en él.
Esperamos que tan valiente ejemplo sea seguido, muy pronto, por otras agencias.
Porque entre Santa Fé y el Centro Histórico de la CDMX hay un mundo de diferencia: pregúntenle a Leo Burnett, (y a Publicis).