FESPA 2024 llegó a tambor batiente para traernos las mil y un novedades que ahora hay en la industria de las artes gráficas. Como, por ejemplo, un vinyl ultra delgado sobre el que es posible imprimir cualquier cosa, con cuantas tintas se quiera, para después pegarlo a una prenda, como una camiseta o una sudadera. La prenda se puede lavar durante años sin que lo impreso se despegue: antes se acaba la tela.
La expo se llevó a cabo del 26 al 28 de septiembre en el Centro Citibanamex y fue todo un éxito por la gran cantidad de expositores y de público que convocó. Ahí, en un gran espacio acondicionado a manera de un ring, nos encontramos con la edición de 2024 de la World Wrap Masters.
Se trata de un concurso, que incluso se realiza a nivel mundial, en el que los competidores luchan por demostrar quién es el más en eso se rotular un vehículo a partir de cero: se colocan cinco vehículos dentro del ring y a cada uno de los equipos, compuesto por dos profesionales, se ha asignado uno de los carros. Se le da el diseño a cubrir junto con el material y un juego de herramientas.
Y a darle que es mole de olla.
El vinyl del que antes hablamos se maneja en rollos de cinco metros y las herramientas son bastantes y variadas, destacando una pistola de calor que permite ir retirando a la película sobre la lámina del vehículo. Y ojo: no se permite desarmar el coche para forrar la pieza por separado. La decoración o rotulación debe hacerse sobre la unidad tal cual.
A quien esto escribe, le tocó ver trabajar a auténticos “maestros”, incluso de la tercera edad, con una precisión y experiencia que solo se adquiere con muchos años de práctica y a quienes fue un deleite verlos trabajar.
Lo más interesante es que no para ahí la cosa: el ganador de México, quien se elevó con el tiempo compitiendo con otros 32 equipos, se le da como premio un viaje a Berlín, Alemania, para que participe en el campeonato mundial de wrap… ¡sorpresa!
El año pasado, un mexicano ganó ahí un segundo lugar, por lo que ahora hay muchas esperanzas de que se consiga el primer lugar.
A quienes nos dedicamos a la publicidad desde hacer algunos ayeres nos ha tocado ver y batallar con la dificultad que hasta hace poco implicaba el contratar camiones urbanos con una cierta publicidad específica: primero porque el proceso de rotulación, sobre todo el después, dejaba al vehículo hecho un desastre. Después, era algo caro y tardado: ya cuando la unidad quedaba lista para salir a la calle resultaba que ya no había mercancía en el anaquel.
El proceso tenía todos los agravantes porque era lento, caro y poco estético.
Ahora, con ayuda de la tecnología, eso se acabó: incluso, si así fuera necesario, podemos poner las ofertas del supermercado en un camión que recorra solo unas ciertas colonias y retirar esa oferta cuando la oferta se acabe… ¡es un sueño!