Ed Noble, uno de los más grandes publicistas mexicanos del siglo XX siempre dijo que eso de utilizar a personalidades para ganar memorabilidad para una marca era muy peligroso: porque el héroe de todo comercial debe ser siempre el producto. Y que, si uno se arriesga hay que estar preparado para reaccionar de inmediato y retirar del aire todos los mensajes en donde aparezca el personaje que, su desgracia, se puede llevar a la marca entre las patas.
Eso es lo que está sucediendo ahora con Checo Pérez quien, a pesar de nunca haber sido la gran cosa, ha aparecido en todo número de campañas, desde McDonalds a donde, lejos de beneficiar a nosotros nos pareció que hasta perjudicó a esa cadena de restaurantes, y otras tantas categorías que ya perdí la cuenta.
A nosotros, desde que el Sr. Pérez tuvo la desafortunada ocurrencia de hablar mal de las mujeres para exhibir su masculinidad, no nos cae bien: para variar como siempre el tiempo nos ha dado la razón.
Lo sentimos por todos aquellos colegas improvisados a quienes se les hace fácil comprar memorabilidad en lugar de crearla, que para eso les pagan y que ahora, si es que tienen tantita vergüenza, van a tener que cancelar sus campañas: porque nadie quiere a un perdedor. Y menos el consumidor.