Dios protege a la inocencia.
En la década de los setentas del siglo pasado, debido a la irrupción de The Beatles en el escenario mundial fracasó el surgimiento de otra gran cantidad de grupos musicales, todos ingleses, fenómeno al que se conoció como la ola inglesa.
Algo similar está sucediendo ahora en la publicidad mexicana a la que todos los días llega algún creativo, o hasta una agencia, nativos de las pampas, en busca de algún trabajo entre el gremio: a eso es a lo que llamamos la ola argentina.
Son tantos que nuestro colega Fernando Herrera, titular de Roastbrief se lanzó con toda candidez a armar un panel de discusión dentro del pasado Círculo de Oro N°32, bajo el tema “¿Es México un líder creativo en América Latina?” que, obvio, no. Sin embargo, insisto en que Dios protege la inocencia porque, dentro de ese panel, habló Mariano Serkin, titular de la agencia La Isla. Ambos, agencia y Mariano, son de “la ola argentina” y llegaron a México, a iniciativa del cliente PEPSI para cambiar por entero el lenguaje comercial de la marca en los medios. Que a mí no me terminan de convencer pero ellos insisten.
Al hacer uso de la palabra dentro del mencionado panel, Mariano señaló algo que ya sabíamos pero de lo que no nos habíamos dado cuenta: la economía de México, dentro de América Latina, es la menos peor. Eso y la cercanía a los EU están permitiendo que los grandes anunciantes generen desde aquí las campañas que después se adaptan al resto de latinoamérica. Y no porque las ideas son geniales desde el punto de vista creativo sino porque, en un idioma español universal, resulta muy cómodo y mas barato hacer los materiales, de una vez por todas, en tierras aztecas.
De esta manera, con su tierna iniciativa, Fernando Herrera está llamando la atención del gremio hacia un hecho importantísimo: SÍ, llevamos la voz constante para la producción de contenidos, publicitarios y de otros, en México por razones técnicas y económicas más no por las neuronas creativas invertidas en cada caso.
Se trata, ahora, de que le echemos ganas al asunto para que la ola argentina no ceda sino que, incluso, se fortalezca.