Convocados por el maestro Francisco Javier Sánchez Campuzano el 30/08/23, en una fecha cabalística, se reunieron en el Club de Industriales a quienes podríamos llamar como “Las fuerzas vivas” de la publicidad (ojo a la lista de asistentes) con el propósito de acelerar el proceso de registro de la Nueva ANP.
Cabe recordar que el año pasado terminó el registro legal, por 99 años, que se obtuvo, en 1923, por lo que ahora procede una nueva alta para la ANP, conforme a todas las de la ley… pero, preguntó el de junto, que resultó ser mi cofrade Heriberto Hatch… ¿seguirá siendo una asociación o ya es preciso crecerla a algo de mayor envergadura?
Presto y atento, mi maestro de la ETP respondió de ipsofacto: “Lo que conviene es que se conserve el nombre, como una marca registrada, para capitalizar los 100 años de experiencia, pero que se registre ya como una ONG (Organización Gubernamental), que trabaje en pro de la comunicación comercial y de la libertad de expresión, en este país, con reconocimiento en todo el mundo“, dijo mi ticher para dejarnos a todos con el ojo cuadrado.
Cabe decir que la idea arrancó vivas y aplausos entre los asistentes, quienes reconocieron, en pleno, la necesidad de que ya existan ONG’S de comunicación en México y en el mundo.
Y es que aquí, en esta nación, se están viendo atropellos que pretenden coartar la libertad de expresión, como las que ahora mismo estamos viviendo contra el medio exterior: el gobierno prohíbe su uso con fines comerciales, pero se despacha con la cuchara grande a la hora de promover a sus corcholatas.
Alguien debe denunciar abusos como esos, (que son muchos). Y qué mejor que sea una ONG con todo el prestigio de contar con un siglo de vida… “Publicistas de México, 100 años os contemplan”.
¡Y a darle que es mole de olla! El quehacer es mucho pero la recompensa será muy grande porque es muy cierta: se llama libertad de expresión.