*El nuevo pleito entre IBOPE, Televisa y las agencias de medios solo está destapando el caño de las mil y una transas que ellos insisten en negar.
Parece que ellos tienen “otros datos”.
Después de más de medio siglo de hartar a la ciudadanía con auténticos bodrios de programas, hace más o menos 15 años el auditorio de El Canal de las Estrellas se creció y dejó de ver los canales de Televisa. Fue cuando el raiting se les fue para abajo y disminuyó semana con semana ante el estupor de Chapultepec 18, que no pudo hacer nada ante la indiferencia de sus anteriores víctimas. Fue entonces cuando, justo al día siguiente que su anterior directiva concluyera en IBOPE, la empresa encargada de medir esos datos, (o lo que quedaba de ellos) alguien “envenenó” la muestra. ¿Qué debemos entender por eso?
Que alguien dio a conocer la lista de las casas en donde IBOPE había colocado sus “meters” unos artefactos capaces de medir, casa por casa, cuantas personas estaban viendo un determinado programa en cierto momento.
Dicho “envenenamiento” implicó que había que reiniciar todo de nuevo y que las anteriores cifras ya no servían y que las marcas y sus agencias tendrían que pasarse un buen tiempo sin raiting. Al final fueron más de ocho meses durante los cuales las agencias de medios se hicieron de la vista gorda y siguieron solapando la ineficiencia de Televisa en eso de recuperar la audiencia perdida: la mierda siguió siendo mierda y todos nos la comimos.
Todos menos el público mexicano, quien siguió desertando de las pantallas de TV abierta hasta el punto que, ahora, salvo los arrastrados por la necesidad, ya nadie ve a Televisa. Ni a TV Azteca. Todo parece indicar que la televisión abierta, como ahora la conocemos, tiene sus días contados. Y ante lo irremediable los jugadores vuelven a intentar lo imposible.
A fines del año pasado: nótese que decimos el año pasado, se publicó una nota periodística informando que, por enésima ocasión IBOPE NO había aprobado la auditoria que se supone debe pasar cada equis meses, por lo que la empresa auditora le retiraba la licencia para dichas mediciones.
Dicho de otra manera, IBOPE ya NO puede medir ratings.
Insistimos: eso sucedió en enero de 2024.
Y se pasaron 4 meses, cuatro, sin que las agencias, el CiM, (Consejo de Investigación de Medios), y demás hicieran nada al respecto.
Como no les convenía, se hicieron de la vista gorda y siguieron trabajando con raitings no avalados, sin ningún valor y por lo mismo falsos. Pero ellas se les cobraron a los anunciantes. Hasta que los resultados en ventas e imagen arrojaron la realidad: ya no conviene anunciarse en TV abierta. Ya no es rentable. Y, si siguen como van, al rato va a suceder lo mismo con la TV de paga.
Conclusión: dado que sus propios e ineptos directivos mataron a Televisa, ya no conviene comprarle publicidad a esa empresa. Ni a TV Azteca, que anda por el estilo.
Y los publicistas no podemos ni debemos seguir ignorando el problema. Nos conviene más ignorar, de ahora en adelante, a la TV abierta. Por fortuna ahora, lo que abundan son las alternativas.