Como todos los años, nuestro colega Antonio Fernández, director de la revista Telemundo, nos hizo el favor de invitarnos a la edición 2024 de su Expo Pantalla: la Expo en la que se dan cita todos los grandes distribuidores de equipos de audio y video en este país.
Y lo primero que nos queda claro es que ya ese mercado se dividió en dos grandes categorías: las grandes y pequeñas producciones. En el primer caso, su realización requieren de equipos caros y costosos. Y como solo hay unas cuantas, la inversión no se justifica: ¿quién quiere ahora una cámara Arri, de cientos de miles de dólares?
En contraste, las producciones pequeñas, casi casi caseras, se pueden realizar celular en mano y, lo que es más importante, se pueden vender muy bien. De ahí su auge entre las agencias de publicidad.
El chiste, ahora, es que esas pequeñas producciones se pueden enriquecer para, obvio, venderse mejor. Para allá va el mercado por lo que agradecemos a Toño Fernández por mantenernos al tanto.
Nuestro sentir es que lo que sigue, en cuanto a las producciones chicas, son las pantallas de alta resolución, que harán posible crear casi cualquier escenario en una oficina, de manera rápida y económica. Eso y las cajas de luz, del tamaño de una caja de zapatos, con las que es posible iluminar con hasta 120 lámparas controlando intensidad, sombras, color y demás: todo desde una cajita.
En la parte de los reconocimientos, que Telemundo da cada año a lo más destacado de la producción audiovisual en México, destacó Erwin Neumaier, el ingeniero que se aventó la producción televisiva de Las Mañaneras, con el odioso de AMLO, durante seis años. Y lo hizo “tan bien” que ya lo ascendieron a director de los Estudios Churubusco.
No tengo nada contra este señor, pero me parece que, de todo el gremio, a él le tocó bailar con la más fea.