La inteligencia artificial llega a la música comercial.
Si tuviéramos que resumir en una sola palabra lo que las marcas y los anunciantes esperan de sus publicistas, sin duda ella sería “memorabilidad”.
Antes que nada, hoy en día cualquier contenido debe de ser recordable… lo cual, con toda honradez, resulta ahora por demás difícil en virtud de la infinidad de plataformas de comunicación disponibles.
Al punto, conviene recordar, valga la expresión, lo que nuestro maestro Eulalio Ferrer Rodríguez define, en uno de sus tantos libros como memorable: todo aquello que no se olvida por ser reciente, constante o sobresaliente.
Tres cualidades de las cuales la más difícil de lograr, cuando no imposible, es lo sobresaliente. Otro adjetivo calificativo de creativo.
En un pasado reciente, incluso ahora mismo, se ha caído en el error de ser lo más reiterativo posible con un mismo mensaje… lo cual, a la postre, cansa al público e incluso llega a molestar.
¿Qué hacer entonces para ser memorable, más no molesto?
La respuesta ha estado todo el tiempo frente a nuestros ojos. Perdón: frente a nuestros oídos.
Se trata de la música: la música que desde hace varias generaciones es parte esencial de la vida de cualquier ciudadano de cualquier gran urbe. Y, por lo mismo, siempre es portadora de una carga emocional, susceptible de traer a nuestra mente infinidad de recuerdos e ideas de la más diversa índole. Música como la que Alvani Tunes puede ofrecer a sus clientes del lado de las agencias y/o de las marcas.
Se trata de una biblioteca musical con decenas de miles de alternativas a las que uno puede acudir a través de la red para poner el fondo musical más indicado a nuestras ideas, generar así una maqueta y armar el proyecto con el debido impacto para venderlo al cliente.
Durante la tercera semana de mayo, los directivos de Alvani Tunes, vinieron ex – profeso desde Hollywood, para hacer una demostración de sus fortalezas musicales ante agencias como VMLY&R, Archer Troy, FCB México, Grupo Ferrer, Alkemy y otras, a cuyos creativos les fue facilitada una clave de acceso que les permitirá en lo sucesivo acceder en cualquier momento, incluso a altas horas de cualquier madrugada, a los archivos musicales de esa que es ya la biblioteca de música latina más importante del mundo.
No exageramos al afirmar que con música todo es posible. Y para ejemplo basta un botón.
Hace unos meses, los directivos de una importante firma cervecera se interesaron en contratar el tema de “México en la piel” con el cantante Luis Miguel. El representante del artista se aventó a pedir 50 mil dólares por el permiso respectivo y la casa disquera se fue hasta los 500 mil. Al final, todo se resolvió con 5 mil dólares con un soundtrack track que sonó a “México en la piel”, con igual impacto, pero mucho más barato.
Y es que, siempre, todos los temas de Alvani poseen los debidos derechos cubiertos.
Y volviendo a la forma en que iniciamos este reportaje, solo para despedirnos te diremos, querido lector creativo, que si tú estás haciendo una idea para un comercial de Navidad, (por ejemplo), que empieza con un Santa Claus tratando de entrar a una casa por la chimenea y quieres musicalizar ese contenido, puedes escribir dos o tres líneas en la debida descripción del sitio de Alvani Tunes, explicando tu idea en forma rough.
El programa tiene la suficiente Inteligencia Artificial para, con esa información, buscar entre sus archivos a la música que más se preste a lo preconcebido. No tienes que oír muchas cintas: el programa selecciona para ti una decena de ellas para que tú escojas la que más te agrade… ¡y qué impacto vas a tener!
Eso es tecnología al servicio de la creatividad: como debe de ser.