Los últimos dos años SEDUVI se la ha pasado bajando las estructuras de anuncios en azoteas.
Para convencer a los industriales de ello, Inti Muñoz y su gente barajearon de varios argumentos que para muchos sonaron más bien a extorsión. Finalmente, lo que convenció a todos fue la oferta lógica: “tú bájate y te damos otra licencia, en otro lugar que no sea azotea. Tú busca el muro que te agrade y ahí te pones con nuestro beneplácito”.
Con esa oferta finalmente el lunes 17/07/2023, fecha histórica, las azoteas de la CDMX amanecieron libres de estructuras. Bueno, casi porque nunca faltan despistados a los que ahora se les viene una triple multa que aún no saben cómo pagar.
Pero los empresarios, la gente honrada de la historia, ya cumplió. Y ahora, cuando llega ante SEDUVI a pedir las licencias para los muros que ya ubicó y que en muchas ocasiones ya hasta convino con el dueño del inmueble, la primera respuesta que recibe de la dependencia es “perfecto, date una vuelta la semana que entra para darte ya tu permiso”.
Solo que, cuando el incauto regresa la respuesta es otra: “¿Qué crees? Que ese muro ya lo tenemos pedido y dado. Mejor búscate otro”. No importa cuánto se movilicé el empresario, ahora resulta que ya todo está dado. A estas alturas del partido, a la empresa de una amiga que retiró 134 estructuras del Viaducto, solo le han autorizado 4 nuevas.
La sospecha nos lleva a suponer que ahora, en el escritorio encargado, hay detrás un concepto que le hace de “oreja” y que mediante una lana le avisa a un tercero para que este se agandalle con el sitio. El fenómeno se repite con rara frecuencia para ser pura casualidad. Lo peor es que, pasados algunos días, de repente alguien llama al primer interesado y le dice:
“Ya me enteré de que andas tras el muro que yo tengo: dame 200 mil pesos y te lo cedo”.
Así y todo, el titular de la 4T en este país afirma que ya no hay corrupción… ¿pues en dónde vive?