Tengo un amiguito que, al principio de la pandemia y aprovechando el home office, tomó la decisión de irse a vivir a Querétaro y trabajar desde allá para su agencia… y ahora ya no sabe cómo regresarse. Porque, ahora y de inicio, en su agencia ya lo corrieron.
Y no porque la agencia lo haya decidido sino porque los clientes anunciantes así lo están pidiendo. En una práctica donde los bomberazos son cosa de todos los días no cabe llamar a la ambulancia si el camillero está en su casa haciendo home office. Eso es algo que muchos colegas no quieren aceptar, pero que no les va a quedar de otra. Es eso o la renuncia.
De mí se acordarán cuando suceda. Insisto en que en muchas agencias creativas ya están contratando a nuevo personal para sustituir a quienes se rehúsan al regreso a la normalidad.