El 16/05/24 Unilever presentó una más de sus marcas kamikaze: un polvo para preparar bebidas hidratantes. Hagan de cuenta que es un Kool-Aid fifí. Solo que en este caso, la marca se va a llamar Liquid I.V.
La presentación fue un modelo de organización, pero con muy poca creatividad: la práctica de presentar un producto mediocre con una idea igual, pero con una super producción ya llegó desde hace un tiempo al negocio de los eventos.
El que ahora reseñamos se llevó a cabo en una esquina del Campo Marte, con un mobiliario de lujo, pero con “amenidades” como ping-pong, alberca de pelotas de hule, skate board y otras que no llamaron la atención de casi nadie. La presentación hablada, a cargo de dos damas colombianas, se llevó a cabo a las 16:30 hrs., en punto y no duró más de 20 minutos.
Lo que más sorprendió a este reportero fue el tipo del público asistente: pura gente Totalmente Palacio. Como sacados de un catálogo de modas, ellas y ellos.
¿Quién los convenció de asistir a una fiesta totalmente equis donde el principal espectáculo eran ellos mismos? Porque ni para platicar son buenos: una dama, que se sentó junto a mí, se la pasó hablando del empate en el partido de Pumas-América por lo que su hijo de 8 años lloró a moco tendido. Y a cada dos o tres palabras, ella recurría al “güey”, me fui de espaldas, güey. El güey es ahora el “ves” de otros tiempos. Pero no aporta nada a la conversación y sí nos revela la calidad intelectual de quien usa ese estribillo.
Viendo a tanta gente popof me asaltó la duda… ¿serán estos los clientes consumidores de Liquid I.V.? Obvio, no.
Entonces… ¿por qué su gerente de marca derrocha tantos recursos en productos que seguro no llegan a fin de año en el anaquel? No se vale ser tan irresponsable y poco profesional, me cae.
Agradezco a Unilever y a la agencia creativa, de RP y promoción por permitirnos hacer esta nota. Ya tenía yo ganas de escribir una verdad de este tamaño.