Desde la década de los cincuenta del siglo XX cuando irrumpió a tambor batiente en este país, Coca-Cola hizo de México uno de sus principales mercados en el mundo. Tan es así que hoy en día, en 2024, este es uno de los mercados más grandes del orbe para Coca-Cola: tan solo en la CDMX se consumen 22 millones de Coca-Cola al día. Geográficamente somos el mayor núcleo de consumidores de Cocas en el mundo.
Así y todo, en lugar de corresponder como se debe a nuestra lealtad, el corporativo de la empresa se ha llevado, desde hace dos años, toda la producción publicitaria de la marca a Colombia, bajo el argumento de optimizar precios.
Si tú lector querido, has sentido que de un tiempo para acá la publicidad de Coca-Cola deja mucho que desear y que su mediocridad es algo que ya se aprecia en pantalla, ello se debe a que los mensajes del caso ya no se producen aquí.
Se trata, más que de un golpe bajo, de una soberana majadería de Coca-Cola para el consumidor mexicano, porque se da justo en los momentos en que México se ha convertido en líder mundial de contenidos en español a base de calidad y precio.
Porque si me dijeran que Coca se fue por mejor calidad, lo aceptaría, pero NO es así: Lo que su refresco tiene ahora al aire es una verdadera porquería… ¡pero basta!
A partir de este momento y hasta que Coca-Cola no regrese su producción a México, El Publicista convoca a todos los mexicanos a un boicot: ya no tomemos Coca-Cola.
No te pedimos que hagas un sacrificio, querido lector: con un día a la semana que no tomes tu acostumbrada Coca-Cola, la marca estará dejando de vender 22 millones de botellas.
Si multiplicamos esa cantidad por las 4 semanas del mes, Coca-Cola dejará de vender 100 millones de envases: más que la lana es la vergüenza de mostrarse como todos unos ingratos ante el mercado que los ha tratado con más generosidad en este mundo.
Una Coca-Cola menos porque tenemos nuestro orgullo.