el publicitario, para las campañas efímeras y el resto, para series y películas.
La antigua anécdota del kilo de jitomate sigue más que vigente. En un día normal, en una agencia creativa normal, suena el teléfono. Es el cliente “divino”, el del autoservicio, quien textualmente dice: “fíjense que acabo de recibir 30 toneladas de jitomate, que ya viene madurito y tengo que venderlo entre hoy y mañana. Lo voy a poner de artículo gancho, a peso el kilo por lo que necesito que la campaña salga cuanto antes, hoy mismo si es posible”, dice el que sabe que puede pedir eso y más.
Sin inmutarse, el equipo de cuenta se traslada de inmediato a la oficinita que ya tienen acondicionada como foro en donde también tienen ya cámaras, luces, micrófonos y hasta props y en un santiamén producen el comercial en cuestión, que ese mismo día sale al aire y cumple con su cometido. Y colorín colorado, fueron felices y comieron perdices, (en salsa de jitomate, para ser más exactos).
Eso, que hace solo unos cuantos años parecía una hazaña, es ahora algo de cada día. La pandemia acabó por acelerarlo, con el beneplácito de las agencias quienes, así, han podido recuperar los ingresos que se les habían ido con las comisiones de medios. Las cosas han llegado al punto que ahora la práctica se ha extendido a todas las categorías de productos y a todas las marcas, ya no solo a alimentos y perecederos.
De acuerdo a estadísticas por entero confiables, cualquier agencia normal hace así, un promedio de 10 spots semanarios, cada uno de los cuales se vende, también en promedio a 60 mil pesos de los de ahora. De tal manera, ya el 40% de los ingresos de las agencias provienen de los comerciales así generados.
Los precios de las cámaras de video se han abaratado hasta llegar a convertirse en teléfonos celulares que ahora retratan de maravilla (remember a la Piñata Enchilada).
De tal forma se calcula, que antes de que este 2024 concluya, el mercado de la producción audiovisual en México se habrá segmentado en dos grandes porciones: el publicitario, en donde las agencias normales, (otra vez), seguirán realizando cada vez más comerciales para campañas efímeras y el de series, películas y documentales, que es lo que se le está quedando a las otras productoras. En ambos no se gana mal, pero hay que saberle.