México viene de una transformación financiera silenciosa pero profunda. Hace apenas algunos años, el acceso al sistema financiero formal era limitado, muy costoso y burocrático. El país se perfila como uno de los ecosistemas fintech más dinámicos en américa Latina. Se trata de una revolución estructural que está reconfigurando el acceso al dinero, ahorro, crédito y otros productos financieros en millones de personas.
La historia que comenzó con una necesidad
La historia fintech en México está mejor identificada en la última de cada cuando plataformas como Kubo Financiero o Conekta comenzaron a ofrecer soluciones más accesibles que los bancos tradicionales. El verdadero cambio se presentó apenas en 2018 en la presentación de la Ley Fintech Mexicana que permitió a México colarse en el segundo lugar con el ecosistema más robusto sólo detrás de Brasil. Desde ese año, el número de empresas fintech ha explotado y se estima en más de 1,000 fintechs activas.
Con un mercado lleno de oportunidades donde más del 50% de los adultos mexicanos no tiene cuenta bancaria, parece muy natural que las fintech se hubieran abierto camino. Claros ejemplos de esta situación son Klar, Mercado Pago, Clip o Nu México quien recientemente obtuvo su registro como banca. Una característica común: son ágiles, móviles y centrados en la experiencia del usuario. Este esquema User First, parece conquistar cada vez más a los usuarios individuales como a los pequeños negocios.
Los bancos tradicionales no parecen quedarse atrás, y comienzan a ofrecer productos que acercan sus propias versiones digitales de sus productos o servicios a través de esta nueva narrativa centrada en los usuarios y en necesidades regionales haciendo locales las necesidades financieras de un grupo.
Lo que viene, retos y posibles rutas…
- Cambios muy rápidos: Si bien existe una regulación a la vista, la CNBV y Banxico enfrentan la tarea no sencilla, de seguir el paso a modelos que cambian a cada momento haciendo imprescindibles revisiones en más de dos momentos del año.
- Escalabilidad: muchas de las fintechs, encontraron problemas en alcanzar su punto de equilibrio y luego volverlo masivo, por cuestiones tanto operativas como tecnológicas en las que todos aún estamos aprendiendo.
- Educación financiera: gran parte del mercado objetivo no comprende aún como estos productos pueden servirles y que beneficios pueden reportarles.
- Seguridad y ciberfraude: con la digitalización de la información también se acerca un riesgo. Crear la confianza en los usuarios es clave para el crecimiento a mediano y largo plazo de cualquiera de las empresas que decidan incursionar en el ecosistema fintech mexicano.
- Inteligencia Artificial: desde los aspectos operativos hasta la ciberseguridad son temas que estarán bajo la lupa de su interacción con la inteligencia artificial.
¿Y tú, que agregarías?¿Crees que el mercado mexicano está listo para estos retos?