Atención, atención, la cosa está grave.
Si tú, lector querido, dueño o director de tu propia agencia creativa, tienes aún un cliente que te paga por iguala, cuídalo como a la niña de tus ojos porque de esos ya no hay. Conforme a las investigaciones realizadas por El Publicista de un año para acá, totalmente confiables y creíbles, los anunciantes están dejando de pagar a sus agencias cualquier iguala y prefieren hacerlo por proyecto, aunque a menudo esta segunda alternativa les resulte mas cara.
Ahora todo se pone a concurso, hasta una pieza impresa, con variables a considerar como creatividad y velocidad de respuesta. Incluso, a veces, las formas y los plazos de pago se toman muy en cuenta. Y ello repercute en la calidad del trabajo que se entrega.
Con todo el dolor de mi corazón, estamos en una de esas circunstancias en las que hay que decir la verdad: con las excepciones que nunca faltan, ahora las transnacionales ya no son tan creativas como antes. La mayoría de ellas han caído en clichés, que mas bien parecen hechas para salir del paso que para beneficiar a la marca.
Se trata, y se ve en pantalla, de salir rápido del apuro, hacer lo primero que se viene a la mente de los creativos, para hacerlo de prisa y cobrarlo pronto.
En contrapartida, las agencias independientes están dejando hasta el alma en esos concursos y están haciendo muchas cosas excelentes… que los clientes no siempre compran. Con lo cual la presión, la tensión y los consecuentes infartos están ahora a la orden del día. Porque del lado del anunciante por lo común hay gente que no sabe evaluar al trabajo de una agencia en verdad creativa.
Si no me creen pregúntenle a McDonald’s y a Amazon, por lo que se ve de ellas, ambas creativamente están en la calle.